Es el verano de 1960 y Camila Henríquez Urena, profesora de español
jubilándose de la Universidad de Vassar, está empacando sus últimas
pertenencias antes de mudarse de su apartamento en Poughkeepsie, Nueva
York para unirse a la revolución de Fidel Castro en Cuba. Camila es hija
de Salomé Urena, la famosa poetisa dominicana de finales del siglo
diecinueve que instigaba revolución con sus apasionados versos, se casó
con un presidente y luchó por educar a las niñas de su querida isla.
Para Camila su llamado a la revolución es parte de su herencia. Pero
Camila también ha heredado la confusión y el dolor del exilio y tiene
sólo dos baúles llenos de papeles y efectos personales para iluminar el
corazón y la vida de una madre que nunca llegó a conocer de verdad -- y
así también descubrir su propio ser naciente.